A la mañana siguiente y ver a su lado la cama ya estaba hecha y él estaba sólo en la habitación, al rato el médico tocó la puerta e inspeccionó sus heridas, después de retarlo por el brazo y notar de que tenía una recuperación prodigiosa se fue, Alan se vistió y caminó por los pasillos de la casa, o casona debería ser más específico, no alcanzaba para mansión, pero tenía varios cuartos y parecía antigua. Bajó las escaleras, notando que aún le dolían las piernas, llegando a la puerta principal y viendo por el ventanal cómo Teo despedía al médico. Siguió caminando y llegó a una sala de estar con murallas amarillas y rojas con ventanales que daban a un extenso patio, los sillones también parecían tan antiguos como la casa y un piano de cola negro.
-Buenos días señor Alan- no se preocupó en apurarse en voltear pues la voz infantil del hermano de Callie era única en esa casa.
-Buenos días Nathan ¿Qué tal dormiste?-
-Bien, todo estuvo tranquilo ¿Qué le dijo el médico?- Alan suspiró pesadamente y luego torció una sonrisa.
-A parte del regaño, dice que estoy bien, pero que sería mejor que me quede en observación por una semana- se rió un poco y el joven le siguió.
-La verdad es que ese médico suele ser muy estricto… ¿quiere conocer la casa señor?-el joven le sonreía entusiasta.
-Bueno, pero no me digas “Señor” llámame Alan- el joven amplió su sonrisa y le tiró de la manga.
-Entonces sígueme Alan, este es el salón- mostrando el cuarto en el que estaban, luego pasó por un arco saliendo hacia el sur de la casa y vio una puerta- ese es el baño del primer piso y aquí al lado está mi estudio, Callie transformó la biblioteca en dos estudios mira…- el joven abrió la puerta a la derecha del baño y entraron a un cuarto con paredes azul marino con un escritorio y una computadora a un lado, una televisión con consolas de videojuego al otro y un ventanal que deba al patio trasero.
-Está bonito ¿tu hermana hizo esto sola?-
-Se demoró un mes, por que el trabajo le demanda mucho tiempo, pero lo terminó para mi cumpleaños del año pasado- dijo sonriente, ¿qué otras sorpresas podría tener esa mujer? ¿qué tan maravillosa podría llegar a ser? Omitió inmediatamente la última pregunta de su cabeza- Vamos al estudio de Callie, es más grande que el mío pero se ve mas pequeño por los estantes-
-No estará tu hermana allí-
-No, ella salió a pasear- dijo Nathan mientras abría la puerta contigua, el olor a papel viejo inundó las fosas nasales de Alan, aquél cuarto parecía no tener murallas pues estas estaban tapadas por los estantes llenos de libros y frente a la ventana del fondo había un escritorio con una laptop encima y unos retratos.
-¿Cuántos libros tienen?-dijo impresionado mirando desde el centro de la habitación.
-La verdad es que no sé, pero todos son muy antiguos… mi abuelo tenía dos tercios de los libros y mis padres traen más libros con sus viajes…- un sonido de vidrio resonó en la casona, Nathan se quedó tieso y con una expresión de horror, luego corrió hasta Alan y lo abrazó susurrando-Debe ser Daniel… debe ser Daniel…-Alan se tensó.
-Tranquilo Nathan, no dejaré que nadie te haga daño- y se quedó mirando la puerta tomando, atención a los sonidos, mientras apretaba a Nathan con fuerza.
-¡Teo! ¿Qué fue eso?- la voz femenina de Callie se escuchó por la puerta principal y escuchó como ella subía las escaleras.- ¡Tú te quedas aquí! – luego se escuchó una caída en seco, varios sonidos raros, como de arrastre y luego un portazo seguido de silencio. Luego se escuchó a dos pares de pies bajando las escaleras.- La dosis debería ser mayor, ese lagarto se acostumbra fácilmente-
-Si le administrara más paralizaría sus sistema, y no podemos matarlo señorita- decía con preocupación el mayordomo.
-Pues enviarlo al otro continente por encomienda no estaría nada de mal, ¿Dónde está Nathan?- en ese momento el joven soltó a Alan y salió por la puerta virando hacia la derecha.
-¡¡¡Callie!!!-Alan le siguió a su paso y vio como el joven abrasaba a su hermana y ella le acariciaba la cabeza, ella tenía un corte en la mejilla, maldito idiota, la idea de la encomienda le parecía más que piadosa.
-Tranquilo Nathan, no pasa nada- dijo ella con voz tranquila- Teo en el auto están las cosas por favor encárgate de ellas-
-Sí señorita- y el mayordomo desapareció por la derecha.
-Buenos días señor Alan- dijo Callie con un respeto que le pareció doloroso y distante.
-Buenos días Callie- dijo lentamente.
-Le estaba mostrando la casa, estábamos en tu estudio cuando oímos ruidos, él prometió protegerme, cómo tú- Callie le sonrió y Nathan tomó el brazo de Alan y ella pareció confundida.
-¿Es cierto?- dijo ella mirándolo a los ojos, esos ojos almendra profundos y eternos, a los cuales les había mentido sobre su empleo. Él miró al piso apenado y resentido consigo mismo.
-Sí, no podría hacer menos por ustedes, ¿Me seguirás mostrando la casa?- le dijo a Nathan intentando esquivar la mirada de Callie.
-No suban hasta nuevo aviso, va enserio.- dijo Callie. Nathan asintió y jaló de Alan hacia el frente donde había un arco que daba a un gran comedor.- Con permiso- dijo ella y desapareció tras la puerta de su estudio.
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jejej.. me demoré un poco, lo siento xDD